¿Quién llena su día y es el más activo? El ganador es quien, durante una ronda del juego correspondiente a un día, utiliza el mayor número de tarjetas de diversas actividades. El elaborado juego desarrolla de forma integral las habilidades cognitivas. De forma divertida, los niños pueden aprender primero a reconocer la hora en la esfera del reloj y, a continuación, con la participación de tarjetas de actividades, también a practicar la capacidad de aprovecharlo al máximo. La esfera del reloj se presenta en forma de un rompecabezas clásico, por lo que los niños pueden entrenar la concentración y el reconocimiento de formas y colores ya durante la preparación del juego. El disco central con las manecillas está hecho de madera contrachapada resistente. El paquete incluye una bolsa de tela, gracias a la cual el juego se puede guardar fácilmente y está listo para viajar. Principales características: para 2–6 jugadoresbolsa de tela, disco con manecillas, 9 piezas de esfera de reloj de doble cara, 104 tarjetas de actividades y 3 tarjetas de prácticadesarrolla de forma integral las habilidades cognitivasdiseño y elaboración únicos Guía de juego abreviada:Los jugadores se turnan, el juego se juega en el sentido de las agujas del reloj. La aguja apunta a las 7 de la mañana (posición inicial). Empieza el jugador más joven. Antes de empezar a jugar, asegúrate de tener 5 cartas en la mano. Al principio de cada turno, el jugador coge una carta del montón. El jugador puede colocar la carta delante de sí y empezar a completar su día, o colocarla boca arriba en el montón de descarte (si no puede jugar esta ronda). Siempre puedes jugar solo una carta. Después, es el turno del siguiente jugador. Cada carta tiene un punto con uno o más colores. Estos indican la parte del día en la que se puede jugar la carta. Algunas cartas también contienen un número. Cuando se juegan estas cartas, la aguja del reloj avanza un cierto número de horas, según el valor (número) de la carta.
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El fabricante Vilac puede presumir de una estrecha colaboración con la agencia ADEME, una organización gubernamental francesa que se ocupa de una amplia gama de actividades encaminadas a la protección del medio ambiente. La historia de esta agencia se remonta a los años 70, a la época de la crisis del petróleo. Colabora activamente con políticos, organizaciones públicas, el sector privado y los ciudadanos. Está detrás de recomendaciones, propuestas de procedimientos técnicos, metodológicos y financieros, estudios y campañas de sensibilización. Gracias a su larga trayectoria, ADEME es reconocida como un tercero de confianza que ofrece garantías de esfuerzo por un futuro sostenible. Al adquirir un producto de un fabricante que colabora con esta agencia, el cliente puede expresar su voluntad de preservar el medio ambiente a través de procedimientos estrictamente evaluados e innovaciones clave en todo el proceso de su creación.
Desde hace más de 100 años, la empresa VILAC cumple los sueños de los niños. La marca francesa VILAC, como buque insignia de la industria francesa para la fabricación de juguetes de madera, tiene su sede en el corazón de la cordillera del Jura, rodeada de montañas, lagos y bosques. VILAC fabrica juguetes de madera desde 1911 de la mano de la producción tradicional, las tendencias modernas, una economía adaptable y un énfasis en la ecología. Los juguetes se fabrican con madera procedente de bosques gestionados de forma sostenible, respetando la biodiversidad y con un gran énfasis en las tecnologías respetuosas con el medio ambiente. Para el suministro de madera, VILAC prefiere rutas cortas. Utiliza maderas locales y se asegura de que se plante un nuevo árbol por cada árbol talado. Dado que hoy en día ya no podemos ignorar los desafíos de los problemas ecológicos, VILAC se ha comprometido a defender nuestro planeta. El río, después de todo, está formado por muchas pequeñas gotas. Por eso, VILAC continúa con sus actividades respetuosas con el medio ambiente.
VILAC también sigue los pasos de las antiguas fábricas de torneado que antaño dieron fama a la región: artesanos que tornean, alisan, pulen, barnizan y decoran la madera con cariño en su taller de la cordillera del Jura. Se utiliza haya, carpe, aliso o boj de los bosques franceses de los alrededores, esta madera garantiza la especificidad y la calidad de la producción. Hay tantas historias sobre estos artesanos que aman su oficio y que han conseguido transmitirlo. De hecho, no ha cambiado mucho en los últimos 110 años, y eso es bastante reconfortante. Los gestos son casi los mismos, el ruido de las máquinas, los sonidos del tallado y el barnizado de la madera crean la misma melodía. Y, sobre todo, en el taller todavía se huele el serrín de haya, que evoca recuerdos de antaño. Cuando









