El práctico juego se compone de 24 horas para alumnos y un gran reloj de profesor con soporte. Los niños tienen la oportunidad de incorporar sus propias experiencias al tema del tiempo y las horas. Aprenden a nombrar los números en la esfera del reloj, así como las distintas manecillas (la horaria y la minutera) y a comprender el principio del día de 24 horas, en el que cada hora se repite dos veces: por la mañana y por la tarde. También aprenden a relacionar las horas del día con las actividades cotidianas (por ejemplo, mañana – desayuno). Se hace hincapié en la diferenciación entre un punto temporal concreto y un período de tiempo. Los niños aprenden a determinar períodos de tiempo sencillos basándose en la hora de inicio y de finalización, a ajustar las manecillas del reloj y a mostrar las horas en punto, las medias horas y los cuartos de hora. Al mismo tiempo, practican diferentes formas de registrar y leer la hora utilizando la esfera del reloj en relieve y las manecillas ajustables y sincronizadas. Otras habilidades son la conversión de datos de tiempo entre diferentes unidades, el registro de valores de tiempo, el uso de datos de medición y unidades estandarizadas. Los alumnos aprenden a reconocer y resolver problemas verbales con datos de tiempo y a abordarlos de acuerdo con su nivel y capacidades individuales.Fabricado con plástico 100% reciclado, que es reciclable repetidamente después de su uso. Principales características: 24 horas para alumnos y 1 reloj grande para profesoresincorporación de las propias experiencias con la percepción del tiempodenominación de las manecillas y los números en la esfera del relojconexión de las horas del día con las actividades cotidianasdistinción entre punto temporal y período de tiempoajuste de horas enteras, medias y cuartoslectura y registro de la hora de diferentes manerasconversiones entre unidades de tiemporesolución de problemas de palabras con el tiempoadaptado al nivel del niño fabricado en Alemania
Información de tallas
RE-WOOD es una alternativa ecológica al plástico. Se compone de material 100% reciclado y natural con certificación PEFC. Los productos RE-WOOD son seguros, resistentes, ligeros y resistentes a la saliva. La empresa Wissner lleva 10 años dedicándose a este material. Se fabrica de forma sostenible a partir de restos de madera triturada (producto de desecho de las fábricas madereras alemanas) y un aglomerante reciclado. El material se puede compostar si se le da tiempo suficiente para descomponerse.
Todas las piezas de plástico de los materiales educativos Wissner están fabricadas con material RE-PLASTIC. En su fabricación se utiliza poliestireno 100% reciclable procedente de residuos postindustriales. Se recicla in situ y luego se devuelve a la producción. RE-PLASTIC se puede reciclar una y otra vez y, por su calidad, aspecto y tacto, es un equivalente total al PVC. Protección del medio ambiente sin pérdida de calidad del producto.
El certificado PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) garantiza que la madera con la que se ha fabricado el producto procede de bosques gestionados de forma sostenible y que en su tala se cumplen los más altos estándares ecológicos, sociales y éticos. Los criterios PEFC se revisan periódicamente mediante un proceso de consultas mundiales con organizaciones de investigación, gobiernos, el público, empresarios y empleadores, y se tienen en cuenta los nuevos conocimientos científicos y los cambios sociales. La etiqueta PEFC en un producto significa que con su compra está ayudando a proteger los bosques y apoyando una gestión forestal sostenible y responsable, gracias a la cual será posible preservar los bosques para las generaciones futuras.
En 1976, Jürgen Wissner fundó la empresa en Bensheim, Alemania, con el fin de producir material matemático para las escuelas. El lema de la empresa familiar, que no piensa en los cierres trimestrales, sino en las generaciones futuras, es "productos inteligentes para mentes brillantes". En 1982, también añadieron a su cartera material didáctico para niños. La empresa siguió evolucionando, fabricando productos bajo el principio del aprendizaje activo "la escuela jugando". Wissner pasó gradualmente del plástico común al reciclado y, más tarde, en 2012, dio otro paso hacia una producción más ecológica, empezando a sustituir los materiales plásticos por residuos de madera 100% reciclados. Más del 90% de los productos se fabrican con estos materiales reciclados. Wissner también amplió su gama de productos con juguetes educativos lingüísticos, material didáctico para la educación vial y la meteorología, y juegos educativos centrados en las matemáticas. Desde 2015, la mayoría de los productos se fabrican con madera reciclada. En 2018 se produjeron otros
